dimecres, 14 d’abril del 2010

Oda a Einstein!

Per encetar aquest tercer i últim trimestre del curs, i abans de començar a penjar les informacions sobre les diferents activitats que anem realitzant, volem fer un xicotet parèntesi per recordar una de les ments més excel·lents del panorama científic contemporani, Herr Einstein, de la mà del professor Jesús Pérez.
Per celebrar el centenari del “annus mirabilis” de Einstein (1905-2005), el departament de Física i Química va organitzar una exposició commemorativa al centre, i Jesús li va dedicar aquestes paraules:

1905-2005, centenario . En 1905 el joven Albert Einstein (1879-1955), tenía 26 años, presentó a la revista “Annalender Physik”, y esta publicó, cinco trabajos que revolucionaron el panorama científico, tecnológico, filosófico de la época. Se ha dado en llamar a ese año, 1905, annus mirabilis de Einstein.

Oda a Herr Einstein,

Perturba pensar que a un mortal le quepa el Universo en su cabeza,
nos asombra ver diseccionada la realidad en unas pocas ecuaciones,
estremece, cómo Prometeo(1) desafía a los dioses entregándonos su fuego.

Huyendo del dogma eres comprensivo con las leyes que regulan la condición humana,
haces de la democracia y el pacifismo tu paradigma con el que contrastas la realidad,
nos ejemplariza, cómo Diógenes(2) busca la virtud y la integridad.

En tu burbuja, rehuyes y reniegas contra la tela de araña que teje el amor,
enrocándote en tu trabajo para justificar tu fracaso y vacío ante la cotidianidad,
nos aflige, cómo Saturno(3) devora a todas las criaturas que le aman.

La insignificante infinitud humana justifica el largo camino de nuestra evolución,
pero en esta larga marcha todos, juntos, a pesar que nos sabemos a hombros de gigantes,
nos acongoja, cómo Sísifo(4) debe rodar la roca de nuevo a cada instante.


Somos caprichos de los dioses, su grosero aliento, y atrapados en su Big-bang,
escrutamos constantes cosmológicas buscando una Teoría de Todo(5) que nos eternice,
y ellos, altivos, distraen nuestra voluntad, ¡oh, fatuo Fausto(6)!, con oro, lisonja, imperio.


Pero,... escéptico alquimista(7),... no cejes,... al final, siempre,... “me queda la palabra(8)”.

Notas:

1. PROMETEO. Zeus irritado con Prometeo por su apoyo a los hombres, al haberles entregado el fuego, le encadena a un monte, donde un águila todos los días le roía el hígado. Por la noche el hígado se regeneraba y al día siguiente, el tormento comenzaba otra vez.
2. DIÓGENES. Sabio cínico, S.V.aC. Mientras caminaba decía: «Busco a un hombre.» «La ciudad está llena de hombres», le dijeron; a lo que él respondió: «Busco a un hombre de verdad, uno que viva por sí mismo, que no sea vulgar miembro del rebaño.»
3. SATURNO. Para los griegos era Cronos, el dios del tiempo y de los ciclos. Tuvo seis hijos, pero Cronos tenía el mal hábito de comerse a sus hijos recién nacidos, para evitar que un día lo destronarán como rey de los dioses.
4. SÍSIFO. Hombre de gran astucia, odiado por hombres y dioses por su ingenio. Fue condenado por Zeus a subir una gran piedra hasta la cima de una montaña, desde donde la piedra caía y él debía comenzar, de nuevo, otra vez, a subirla.
5. TEORÍA DE TODO (Theory Of Everything.)Es la meta de la Física actual. Desde 1930 el gran sueño inacabado de Einstein: una teoría que explicase conjuntamente las interacciones o fuerzas del Universo.
6. FAUSTO. Leyenda medieval de Gregorius Faustus: alquimista y astrólogo que pacta con el diablo para satisfacer sus ansias de conocimiento absoluto. Su condena eterna: ¿qué nos queda después de ver los todos nuestros deseos cumplidos?.... Otro nuevo deseo más...
7. “El químico escéptico”. Robert Boyle (1627-1691), físico irlandés, publicó en 1661 este libro que marca el paso de la alquimia a la ciencia moderna. A partir de Boyle “escéptico” es el calificativo que mejor define a un científico.
8. Poesía de Blas de Otero (1916-1979)


EN EL PRINCIPIO
Si he perdido la vida, el tiempo, todo / lo que tiré, como un anillo, al agua, / si he perdido la voz en la maleza, / me queda la palabra. / Si he sufrido la sed, el hambre, todo / lo que era mío y resultó ser nada, / si he segado las sombras en silencio, / me queda la palabra. / Si abrí los labios para ver el rostro / puro y terrible de mi patria, / si abrí los labios hasta desgarrármelos, / me queda la palabra.

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